martes, 23 de septiembre de 2008

La valiosa ayuda de la doula


La palabra DOULA proviene del vocablo griego que denominaba a la esclava o sirviente principal en una familia de la Grecia antigua. Esta mujer era la que probablemente ayudaba a la señora de la casa durante los partos. En la actualidad ha pasado a hacer referencia a "una mujer experimentada en partos que proporciona información continuada y apoyo físico y emocional a la madre antes, durante y justo después del parto".
M. H. Klaus, P. H. Klaus y J. Kennell "Mothering the Mother"

Tanto en la antigüedad como aún en la mayoría de las culturas primitivas, un parto era considerado como un asunto de mujeres. Ellas se encargaban de atender y apoyar a la madre durante todo el proceso del embarazo y parto. Aparte de la matrona, era muy normal la presencia de la propia madre, alguna vecina o amiga en el transcurso del mismo.
Plinio el Viejo describe en su "Historia Naturalis" las prácticas de obstetricia y la forma en la que ocurrían los nacimientos en la cultura Greco-Romana y nos proporciona también una detallada información acerca de la medicina popular de la época.
Plinio indica detalladamente que la futura madre se encontraba en casa durante el trabajo de parto, siendo acompañada en todo momento por la matrona que era asistida también por otras mujeres conocidas de la familia; éstas animaban a la partera brindándole su propia experiencia y apoyo emocional.
Otros autores clásicos confirman asimismo la experiencia de estas doulas en la antigüedad, quiens, citando a Soranus, "debían ser capaces de aliviar con suavidad la ansiedad de la madre".

Esta práctica, desafortunadamente relegada al olvido durante muchos años, está volviendo a renacer en la actualidad. Principalmente en los Estados Unidos, la presencia de la doula durante un parto se está convirtiendo poco a poco en algo habitual, al igual que también en algunos países europeos, si bien con distintas variantes, en los Países Bajos, por ejemplo, éstas están especializadas en la atención de la madre y el bebé durante los primeros días después del nacimiento.
También en nuestro país, desde no hace mucho tiempo, pueden solicitarse los servicios de una doula.

Cuál es exactamente su función

En nuestros días, éstas son normalmente madres que han vivido su maternidad de forma consciente y natural y que desean compartir su experiencia y sus conocimientos con otras madres. Evidentemente, éstas han seguido una formación especial para poder actuar como tales.

Como sea que en España su existencia no es todavía lo bastante conocida, el trabajo de la doula se limita actualmente en nuestro país a acompañar a la madre que ha optado por un parto natural, ya sea en el propio hogar, en una casa de partos o en centros hospitalarios donde la madre puede acogerse a un protocolo de parto natural, o donde la madre puede negociar la presencia con antelación con el equipo médico.

Antes del parto, la doula habrá efectuado ya un par de visitas al domicilio de la futura madre para conocer a la familia, su situación y sus costumbres, así como sus expectativas, temores, deseos respecto al nacimiento y el desarrollo del mismo, proporcionando consejos prácticos.
Estas visitas son muy importantes para poder establecer una relación de respeto y confianza que es la base para lograr que el trabajo de la doula se desarrolle con toda satisfacción.

Durante el trabajo de parto ofrece soporte físico y emocional a la madre y a su compañero (en el caso de que éste quiera colaborar activamente en el nacimiento), por ejemplo dando un masaje, animándola constantemente o vigilando la respiración, y se encarga de que la mujer se encuentre a gusto y relajada. La doula es, asimismo, una ayuda de la comadrona (en ningún momento su sustituta) y atiende sus indicaciones de manera eficaz.

Después del parto la doula será también una ayuda inestimable en el hogar, sobre todo si la presencia de abuelas o amigas no es posible o deseada. Después de dar a luz, la mayoría de mujeres se encuentra sumamente fatigada, irritable e insegura; las ocupaciones cotidianas se convierten a menudo en una montaña inaccesible. Por otro lado, también el padre recibe orientación sobre cómo apoyar a su compañera y formar parte de ese momento especial en familia. Debe adaptarse a la nueva situación y sentirse tranquilo para poder volver a su trabajo. Es entonces cuando la doula tomará las riendas de la mayoría de los quehaceres domésticos, al mismo tiempo que cuidará a la mujer apoyándola en la lactancia materna y a desarrollar sus propias capacidades para ciudar a su hijo. De este modo, la nueva madre puede concentrarse en el bebé y en ella misma.

La doula:
- reconoce que el nacimiento es una experiencia clave que la madre recordará toda su vida;
- comprende la psicología del nacimiento y lo que precisa emocionalmente la mujer que está dando a luz;
- asiste a la mujer y a su compañero en la preparación al parto;
- está al lado de la mujer durante todo el proceso de parto;
- proporciona soporte emocional, toma medidas para el confort físico y es objetiva, ayudando a la mujer, respetando y apoyando sus decisiones;
- facilita la comunicación entre la mujer, el compañero y la comadrona (o médico);
- percibe su papel como alguien que protege la memoria de la mujer respecto a su experiencia con el nacimiento.

Está clínicamente demostrado que un buen apoyo acorta enormemente el desarrollo del parto e influye positivamente en la salud de la madre y del bebé.
Según los estudios realizados por M. H. Klaus, P. H. Klaus y J. Kennell, publicados en su libro "Mothering the Mother", la ayuda de una doula conlleva los siguientes resultados:

- 25% de partos más cortos;
- 50% de reducción de cesáreas;
- 60% de reducción de epidural;
- 40% de reducción de fórceps;
- 40% de reducción de oxitocina sintética;
- menor uso de episiotomías;
- mejor estado eneral del bebé;
- mejor interacción madre-hijo;
- mayor satisfacción;
- menor necesidad de medicamentos.

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