lunes, 3 de agosto de 2009

La magia del Kamishibai


Si los niños se dan cuenta de que vas a interpretar un kamishibai, rápidamente se colocan en una buena posición para disfrutar de él y se callan expectantes. Los niños se divierten con el kamishibai. El kamishibai es maravilloso. Niños, adultos, personas de todo el mundo aman el kamishibai. ¿Por qué es tan fascinante?

Las características del kamishibai y la forma de presentarlo ayudan a conseguir un efecto mágico y de concentración en torno al cuento mucho más fácilmente que con otras técnicas. El mensaje y los sentimientos que el autor del kamishibai nos quiere transmitir quedan resaltados con el kamishibai, sobre todo si contamos con una buena obra y un buen intérprete. El componente teatral del kamishibai transciende a la simple lectura, engancha de forma especial.

¿Qué es el kamishibai?
Kamishibai significa “teatro de papel” y es una forma de contar cuentos muy popular
en Japón. Suele estar dirigido a niñas y niños pequeños que van a disfrutar de él en grupo. También es utilizado como recurso didáctico.

El kamishibai está formado por un conjunto de láminas que tienen un dibujo en una cara y texto en la otra. Su contenido, generalmente en forma narrativa, puede referirse a un cuento o a algún contenido de aprendizaje.

La lectura del kamishibai se realiza colocando las láminas en orden sobre un soporte, “teatrillo” de tres puertas, de cara al auditorio y deslizando las láminas una tras otra mientras se lee el texto. Se necesita un presentador o intérprete que lee el texto mientras los espectadores contemplan los dibujos.

Historia
El kamishibai es una manifestación cultural peculiar de Japón. Es una técnica especial de lenguaje oral, tan extendido en dicho país, que en este momento se considera como parte de su herencia cultural.

El kamishibai contemporáneo nació en los barrios más concurridos de Tokio a finales de los años 20. Desde entonces ha estado presente en los grandes acontecimientos de la historia de Japón, teniendo gran influencia durante la II Guerra Mundial.

Entre los años 20 y 50 fue muy conocida en todo el país la figura del cuentacuentos, que era un vendedor de dulces ambulante que se desplazaba en bicicleta de pueblo en pueblo narrando historias ayudado de ilustraciones.

Como consecuencia de la depresión de los años 30, miles de desempleados estaban en las esquinas de las calles con su teatrillo portátil, láminas de kamishibai y dulces para vender como un medio de sacar dinero para sobrevivir. Este fue el origen del kamishibai “callejero”.

Después de la II Guerra Mundial se estima que cincuenta mil presentadores de kamishibai estaban trabajando en las esquinas de las calles de Japón.
Paralelo al “kamishibai callejero” surgió el “kamishibai educativo”.Varias fueron las personas que contribuyeron a ello, destacando entre ellas Gozan Takahashi que se considera la iniciadora de este movimiento a partir de 1935. En 1938 se creó la “Asociación del Kamishibai Educativo en Japón”. Se siguió usando el mismo formato pero se empezó a cuidar el contenido para que fuera educativo. El educador Kenya Matsunaga desarrolló el kamishibai como una técnica de enseñanza, no sólo para escolares sino también en educación social dirigida a adultos. Se desarrollaron campañas de divulgación, investigación y publicaciones de kamishibai.

A partir de los años 50 se dijo adiós al kamishibai que enaltecía la guerra y se inició el kamishibai que ensalzaba la paz y el respeto a la vida humana y a los valores democráticos.

Cuando a finales de los 50 se popularizó la televisión en Japón, el kamishibai desapareció de las esquinas y fue retomado ampliamente en las escuelas de educación infantil y de primaria. También se ha desarrollado el “kamishibai casero”, creado por aficionados.

Las bibliotecas públicas empezaron a cuidar el kamishibai, y se dice que hoy en día
el número de préstamos de ellos es mayor que el de libros para estas edades.

En la sociedad actual, en la que las situaciones de tener estímulos y enriquecimiento interpersonal con otros niños se están debilitando, el papel del kamishibai como una forma de comunicación cultural se está estimulando en Japón.

Se han formado círculos de kamishibai por todo el país en los que participan miles de personas. Entre ellos IKAJA, Asociación Internacional de Kamishibai de Japón, que está haciendo un gran esfuerzo por divulgar y ayudar a conocer el auténtico espíritu del kamishibai, tanto dentro como fuera de Japón. El reto en este momento es la creación y la popularización de buenos trabajos de kamishibai que puedan ser representados por experimentados intérpretes.

Fuera del ámbito de Japón, actualmente, se está usando como recurso didáctico en países del sudeste asiático y empieza a usarse en algunos países europeos, como Holanda, Suiza, Francia e Italia.

¿Por qué gusta tanto el kamishibai?
El formato del kamishibai: láminas con dibujos grandes, de trazos simples e impactantes, que se ven a la vez que se oye un texto sencillo y directo relativo a los dibujos, hace que con el kamishibai se origine un ambiente mágico y de concentración en torno a la historia que se está contando.

El uso del teatrillo acrecienta este efecto. El teatrillo separa “el mundo de la historia” del “mundo real”. Cuando el intérprete empieza a deslizar una lámina, la audiencia focaliza su atención en el próximo dibujo. La forma de las puertas del teatrillo enfatiza el movimiento de deslizamiento de las láminas a la vez que ayuda a la audiencia a concentrarse en el dibujo presente.

El movimiento de las láminas hace balancear continuamente la atención y las emociones
entre la anticipación de lo que va a venir y la estabilidad de lo presente, favoreciendo la concentración en la historia.

Las niñas y niños se divierten con el kamishibai más fácilmente cuando se encuentran entre un gran grupo. Los niños en grupo asisten a un espectáculo en el que colectivamente pueden gritar de miedo o reír con fuerza. Esto les predispone a compartir los mismos sentimientos experimentando la sensación de grupo y el disfrute conjunto.

Al interpretar un kamishibai no sólo se produce la interacción gozosa y compartida entre los miembros de la audiencia, sino también entre éstos y el intérprete, y entre ambos y el mensaje que el autor nos quiere transmitir. Dicho efecto puede ser incrementado por el intérprete adaptando su entonación, ritmo e incluso palabras al ambiente creado.

La sencillez del kamishibai
El kamishibai destaca por su sencillez. Si se cuenta con un intérprete o lector, una audiencia, que puede ser de una persona, y el propio kamishibai, puede realizarse a cualquier hora, en cualquier lugar y por cualquier persona.

Los autores de kamishibai suelen expresar sus mensajes, tanto en los textos como en los dibujos, de forma concisa y precisa. Esta sencillez es necesaria si se tiene en cuenta que se dirige a pequeños que lo van a ver a cierta distancia.

El número de personajes, humanos o animales, suele ser pequeño.

Los textos del kamishibai
Los textos son sencillos, claros y directos; historias simples, con frases cortas y fáciles y uso de formas verbales sencillas. No es como un libro de cuentos donde los sentimientos se describen con detalle. En el kamishibai apenas hay descripciones; se suplen con los dibujos y con los diálogos.

El texto debe ajustarse a los sentimientos y formas de pensar de los personajes. Abundan los diálogos que muestran más fácilmente la personalidad de los protagonistas y favorecen que la audiencia se identifique con ellos.

Los dibujos del kamishibai
Las láminas tienen los dibujos grandes y de trazos claros para poder ser vistas desde cierta distancia.

No se dibujan detalles ni fondos complicados que pueden distraer. Las escenas son simples, procurando que causen cierto impacto. Los personajes deben resaltarse; mejor si están de cara a la audiencia y, en los casos que se considere oportuno, en movimiento.

El uso de distintos planos en las láminas ayuda a crear diferentes efectos y sentimientos.
En este sentido también son importantes los colores utilizados.

La correspondencia entre los textos y los dibujos debe ser completa debido a que la audiencia mira y escucha simultáneamente. En ambos hay que suprimir todos los detalles superfluos que pueden llevar a la distracción y al aburrimiento.

La interpretación del kamishibai
Uno de los aspectos más importantes del kamishibai es su interpretación. No basta con tener buenas obras; tan importante como la calidad de éstas es la manera de llevar a cabo su representación.

No se debe quedar en la simple lectura del texto, hay que darle un cierto efecto dramático adecuado a cada situación.

El intérprete se coloca cerca y detrás del teatrillo, de cara al público y presenta la historia usando su propia voz. El papel fundamental del intérprete es conocer y conectar con el mundo de la historia y transmitirlo a la audiencia; debe ser capaz de sintonizar a la audiencia con el mundo del autor y de compartir con ella los sentimientos y emociones que cada autor nos quiere transmitir.

Es muy importante su voz y toda su expresión corporal, pero debe evitar ser él el protagonista; el centro de atención debe estar en lo que el autor nos quiere comunicar. También debe estar muy atento a las expresiones y actitudes de los niños y adaptar a ellos su interpretación.

Para conseguir el efecto mágico, típico del kamishibai, es importante cuidar todos los detalles en su lectura-interpretación.

Consejos para hacer una correcta interpretación del kamishibai—Una vez elegida la obra, leerla previamente para captar y asimilar en profundidad el mensaje que el autor quiere comunicar.

—Antes de la representación repasar el orden de las láminas. Si se mezclan resulta difícil de seguir y el ambiente de expectación conseguido desaparece en un momento.

—Usar el teatrillo con las tres puertas desplegables. Esto ayuda a la audiencia a concentrarse en la obra, en el espectáculo.

—Colocarse al lado del teatrillo y de cara a la audiencia procurando que detrás no haya nada que distraiga o dificulte (luces excesivas, por ejemplo) la atención de la audiencia.

—Abrir las tres puertas del teatrillo despacio, paso a paso y leer, resaltando bien, el nombre del autor, el del ilustrador y el título de la historia. Ello predispone a los espectadores a entrar en la realidad del mundo de la historia.

—No se deben exagerar las expresiones, es suficiente con transmitir las emociones de los personajes con sentimiento. Tampoco hay que forzar para utilizar voces muy diferenciadas para cada uno de los personajes. Ello hace que el intérprete sobresalga a costa de quitar importancia al contenido de la historia.

—Deslizar las láminas hacia fuera e insertarlas en la parte de atrás con un efecto dramático, rápido, lento, de golpe, por partes, zarandeando... adecuado al momento de
la historia y a los sentimientos que se quieren fomentar. La audiencia ve cómo la nueva lámina surge mientras la anterior desaparece; esto da un sentido de continuidad
que aumenta la concentración. El tiempo que lleva el hacer el cambio refuerza un sentimiento de conexión con el mundo de la historia.

—Cuidar de forma especial el cómo finalizar la historia. Para finalizar la historia y estando visible la última página, decir alguna expresión, “fin” o algo similar, de forma remarcada. Esto ayuda a la audiencia a desconectar su concentración de la historia. No terminar mostrando la lámina inicial. Esto alejaría la atención del final de la historia.

—Cerrar las tres puertas del teatrillo despacio y en orden. Con ello se retira el mundo de la historia, que se había expuesto durante un tiempo como “mundo real”, a la parte de atrás del teatrillo.

Experiencia con el kamishibai

Hace cuatro años, Reiko Furuno, madre de una alumna del C. P. San Juan de la Cadena de Pamplona, se animó a participar en una actividad del centro: madres de distintos países nos contaban algo de sus culturas. Al final de su intervención con el alumnado del Primer Ciclo de Primaria contó un cuento con una técnica típica de Japón: el kamishibai. Con un pequeño teatrillo y unas láminas de dibujo, esta madre nos dejó a todos fascinados. A las profesoras nos impactó al comprobar cómo disfrutaban los niños y cómo captaba su atención. Enseguida pensamos en las posibilidades didácticas de dicha técnica.

Desde entonces lo estamos utilizando en el colegio. Poco a poco hemos ido ampliando el círculo de su uso hasta compartirlo con toda la comunidad educativa. El curso 2004-05 se me ofreció la oportunidad de presentarlo al profesorado de Navarra en sesiones informativas.
Tuvo mucha aceptación. Asistieron alrededor de 350 profesores y algún bibliotecario. Ya se está usando en distintos centros escolares y en alguna biblioteca pública.

Trabajando con el kamishibai en el colegio
En las clases de nuestro colegio es una actividad corriente la lectura de kamishibais. Muchas veces son presentados por las alumnas y alumnos del taller de cuentos y otras por las profesoras.

A veces se complementan dichas intervenciones con otras actividades de motivación a la lectura y escritura relacionadas con el cuento presentado.

A los niños les encanta y, además el usar dicha técnica, les ayuda a organizar su cabeza en la secuenciación de historias y en la escritura del texto narrativo.

Desde el curso 2002-2003 contamos en el colegio con una actividad extraescolar, el “Taller de Cuentos”, dirigido al alumnado de 5º curso de Primaria. En dicho taller el alumnado prepara la lectura de kamishibais a los compañeros más pequeños, de 3 años a 3º de Primaria, y aprende a escribir e ilustrar sus propios cuentos. La mayor parte de los cuentos elaborados en el taller en estos tres cursos son adaptaciones de cuentos o leyendas tradicionales de distintas culturas. Casi todos están en formato kamishibai.

El uso del kamishibai en nuestro taller, dada la sencillez y la secuencia lógica y lineal de sus historias, facilita y ayuda, a los alumnos del taller, a estructurar sus cuentos y les motiva en sus creaciones. Pero además facilita la lectura a cargo del alumnado de 5º a sus compañeros más pequeños, ya que al usar esta técnica es más fácil el atraer y mantener la atención de los pequeños en el cuento, y los mayores con el uso del teatrillo se sienten más seguros y confiados.

Pronto empezamos a compartir el kamishibai con toda la Comunidad Educativa del Colegio.

Tuvimos alguna sesión con las familias de los participantes en el taller para presentarles nuestro trabajo y durante estos dos últimos cursos nos han reservado una sección en La Cadena, periódico escolar del colegio. En ella, además de contar lo que hacemos, hemos procurado tener bien informada a la comunidad educativa sobre la técnica del Kamishibai.

El 22 de abril de 2005 celebramos, en nuestro colegio, el “Día del Libro”. Contamos entre otras actividades con una lectura ininterrumpida de kamishibais en distintas salas del colegio fuera del horario escolar. Se leyeron 24 kamishibais diferentes.

La lectura corrió a cargo del alumnado que participa o ha participado en el “Taller de Cuentos”. Tomaron parte 41 intérpretes
de 5º y 6º de Primaria y de 1er curso de ESO. La mayor parte de las obras que se presentaron son trabajos elaborados en el “Taller de Cuentos” y fueron leídas por los mismos alumnos que las ilustraron y escribieron. El evento tuvo gran aceptación; la asistencia fue muy numerosa. El nivel de satisfacción manifestado tanto por los niños y niñas que hacían las lecturas, como por los oyentes, fue muy alto. Los adultos asistentes mostraron su admiración por el buen hacer de los mayores y por la atención prestada por los más pequeños.

Compartiendo nuestra experiencia con otros centros
Durante los primeros meses del 2005 y, a través de los Centros de Apoyo al Profesorado de Navarra, CAPs de Pamplona, Estella, Tudela y Tafalla, he presentado el kamishibai al profesorado.

Se han realizado 11 sesiones, una en cada CAP y otras en algunos centros en los que había mucha demanda. Han asistido alrededor de 350 profesoras y profesores y algún bibliotecario.

El kamishibai ha sido muy bien acogido y son bastantes los centros que ya lo han puesto en práctica, incluso algunas profesoras, después de trabajar conmigo, han creado sus propios kamishibais. Dos centros han realizado sesiones de interpretación de kamishibais fuera de sus aulas. En el C.P de Barásoain tuvieron una actividad abierta a todo el pueblo en el que se leyeron cuentos procedentes de distintas culturas en formato kamishibai, algunos de ellos preparados por las profesoras. En el Ciclo Formativo Superior en Educación Infantil de Pamplona, en el módulo de Expresión y Comunicación les propusieron como trabajo práctico la creación de kamishibais que luego leyeron en centros de E. Infantil de la comarca de Pamplona.

El kamishibai también ha llegado a algunas bibliotecas públicas. Nosotros hemos leído kamishibais en algunas de ellas. Otras están pensando en adquirirlos. Mención especial tiene lo realizado en la Biblioteca Pública de Yamaguchi-Pamplona, sita en el barrio de nuestro colegio.

Para terminar
El kamishibai nos ha divertido a todos, tanto a los niños como a sus profesoras y familias; diversión que al ser compartida por todos ha originado una cierta empatía o complicidad entre nosotros muy positiva.

El kamishibai combina de forma muy adecuada el aspecto visual, que atrae a los niños de forma especial y al que en este momento están tan familiarizados, con la narración oral, que se puede adaptar al ritmo de los niños según sean sus vivencias y emociones de cada momento.

Puede ser un recurso ideal para recuperar la tradición, en parte perdida, de contar cuentos a nuestros niños, sobre todo en el ámbito familiar. Une a su sencillez la teatralidad incrementada por el teatrillo que facilita la puesta en situación tanto de la audiencia como del intérprete.

Pero no sólo nos hemos divertido con el kamishibai. Consideramos que las lecturas frecuentes de kamishibais, seguramente por ser placenteras, han contribuido a fomentar entre los niños y niñas el gusto por la lectura y la escritura en general y de forma especial de los textos narrativos.

Carmen Aldama Jiménez

2 comentarios mágicos:

isabel dijo...

Arriba el Kamishibai!!!!

Unknown dijo...

Jejeje, eso... y pendientes quedan los nuestros. Se están haciendo de rogar, pero cuando los hagamos... que se eche el mundo a temblaaaar :)