jueves, 5 de junio de 2014
Taller de vínculo con el bebé
lunes, 3 de marzo de 2014
Nuevos Talleres de Preparación al Nacimiento
Consultad en el centro para ver las fechas. Cada mes habrá un taller intensivo (viernes y sábado de 16:30 a 20:30)
http://espaiblanc.eu/?page_id=90
¡Nos vemos por allí!
domingo, 17 de noviembre de 2013
Violencia Obstétrica. Violencia de Género
"La realidad es que la mujer que ingresa de parto en un hospital convencional sufre automáticamente un proceso de infantilización, por el cual derechos fundamentales reconocidos por la Constitución y por las leyes sanitarias caen en un misterioso agujero negro. De manera que mujeres perfectamente saludables, mayores de edad y en plena posesión de sus facultades mentales son privadas de derechos tan elementales como elegir con quién desean estar, qué postura adoptar en cada momento, beber un vaso de agua si tienen sed o comer algo si tienen hambre. También son despojadas del derecho a disponer de información actualizada, a tomar decisiones con respecto a su parto, a producir sus propias hormonas para dar a luz a su bebé, a que no se corten sus genitales gratuitamente, a tener a su bebé consigo todo el tiempo y que no se le den biberones a sus espaldas. La forma actual de proceder de los hospitales difícilmente resistiría un análisis desde el punto de vista de los derechos humanos, y menos aún desde una perspectiva de género."
Isabel Fernández del Castillo en La Revolución del Nacimiento
viernes, 7 de junio de 2013
Día Mundial de los Derechos del Nacimiento
Infórmate y prepara el mejor nacimiento para tu bebé. Tú puedes. Él sabe. Escucha tu instinto... y empodérate.
martes, 28 de mayo de 2013
La importancia de la relajación
Cuándo liberar el frenillo lingual
http://consultamedicadelactancia.blogspot.com.es/2013/05/cuando-liberar-el-frenillo-lingual.html
¡Gracias!
martes, 21 de mayo de 2013
Semana Mundial del Parto Respetado
http://www.elpartoesnuestro.es/pagina/eventos-semana-mundial-del-parto-respetado-2013
Detengámonos. Denunciemos. Cambiemos el rumbo, que estamos a tiempo.
Gracias, Tetatet.es, por dedicar un tiempo a escribir lo que a muchas no nos da la vida entre cuentos, acompañamientos, clases y, sobre todo, crianzas...
http://www.tetatet.es/blog/
lunes, 27 de agosto de 2012
Septiembre en el mar
Y en septiembre, haremos las sesiones de preparación al nacimiento junto al mar. Si te animas, escríbeme y déjate mimar...
Las secuelas cerebrales de las cesáreas programadas
http://iboneolza.wordpress.com/2012/08/27/las-secuelas-cerebrales-de-las-cesareas-programadas/
Gracias una vez más, Ibone Olza.
martes, 10 de noviembre de 2009
Consejos para el gran momento
Recuerda que cuanta más información tengas, más dudas despejarás, lo que te aportará mayor tranquilidad. Solemos tener miedo a lo desconocido. Tu matrona, tu doula y otras mamás con experiencia pueden ayudarte.
• Infórmate de las prácticas relacionadas con el embarazo y el parto en tu centro hospitalario de referencia, pide información acerca del número de cesáreas, inducciones, episiotomías, tasas de mortalidad y morbilidad y todo aquello que pueda serte de utilidad e interés. Esta información es pública y puedes pedirla incluso por e-mail.
• Intenta conocer el sitio donde darás a luz, así como el posible personal que pueda asistirte. Esto es de gran utilidad, ya que a la hora de parir ya sabrás lo que te encontrarás y podrás relajarte.
• Si lo deseas, puedes confeccionar un plan de parto. Se trata de expresar por escrito la voluntad con respecto al tipo de atención que se quiere recibir durante el parto. Puedes negarte a ciertas prácticas o solicitar otras. Tiene validez legal y está basado en la ley 41/2002, de 14 de noviembre.
• Acude a clases de preparación al parto, al nacimiento o a la maternidad. Son de mucha utilidad y aprendes cosas sobre tu estado, la fisiología del parto, el recién nacido, etc., lo que te ayuda a comprender mejor tu cuerpo y los cambios que experimentas, además de tener en cuenta trucos para hacer más llevadero el embarazo, la dilatación…Lo ideal es que también acuda la pareja, le ayudará a comprender la situación y a empalizar contigo.
• Rodéate de personas que te aporten cosas positivas. Escucharás muchas historias sobre partos larguísimos y dolorosos, también de malas atenciones e incluso de muerte perinatal. Hay que conocer, pero también seleccionar. Cada mujer es distinta y cada parto también, y aunque existen parámetros comunes en los partos, cada uno es diferente. También es cierto que el desarrollo de un parto depende mucho de la actitud de la mujer frente al mismo. Aprende a relajarte y a visualizar.
• Realiza actividad física moderada y supervisada, te ayudará a estar más ágil a la hora de dar a luz. El yoga suele ir muy bien.
• Come sano.
Antes del parto
• Unas semanas antes de tu FPP notarás que el abdomen desciende porque el feto baja hacia la pelvis. Ahora notarás que puedes respirar mejor y la presión del estomago disminuirá, pero al apoyarse el bebé sobre la vejiga notarás más ganas de orinar.
• Disminuirán los movimientos fetales, ya que a tu bebé le va quedando cada vez menos espacio para moverse.
• Tendrás más insomnio. Algunas mujeres tienen dolores de cabeza, vómitos y diarrea. Esto indica que tu cuerpo se está preparando para el gran momento.
• Aparecen contracciones indoloras que no llevan ningún patrón. Esto suele ser hacia la tarde-noche y desaparecen con un poco de reposo. Estas contracciones se encargan de ir “aflojando” el cuello y preparando el útero para el parto.
• Puedes ir perdiendo poco a poco el tapón mucoso y este líquido viscoso puede ser algo sanguinolento. Indica un ablandamiento del cuello del útero, pero no es ningún indicio de un parto inminente.
• No te obsesiones con las fechas, trata de relajarte y disfrutar de los últimos momentos de tu embarazo.
• Es bueno recordar que el embarazo tiene una carga emocional muy grande y que a veces tener “cosas por resolver” puede obstaculizar el proceso.
• En algunas mujeres se da el “síndrome del nido”, cambia mucho según la mujer, pero es algo así como una preparación del hogar que la madre hace antes de la llegada de su bebé. Así que no te sorprendas si antes de ponerte de parto, te da un arrebato de limpieza a fondo, o te da por cocinar, por ordenar, etc. Es algo normal y cada una puede vivirlo de diferentes formas.
• Una frase muy sabia: “Cuando estés de parto, sencillamente lo sabrás”. Si dudas, quiere decir que las contracciones que sientes no son de parto, porque cuando el gran momento se acerca sientes cómo vas entrando en ese otro planeta…
• En cuanto sientas las contracciones, no corras al hospital. Ten en cuenta que las contracciones de parto son rítmicas (siguen un patrón). Hasta que no sean al menos cada 5 minutos durante una hora continua y no se vayan con descanso el proceso no habrá comenzado.
• La casa es un sitio cómodo para ir dilatando, principalmente los primeros centímetros. Si no tienes un sangrado mayor a una regla, tu embarazo ha sido normal, al romper aguas estas son claras y, lo más importante, te sientes cómoda, espera unas horas para marcharte al hospital.
• La contracción fuerte dura más de un minuto aproximadamente, recuerda que más importante que la cantidad de contracciones es la intensidad y su duración.
Las contracciones están compuestas de tres partes: 1) El comienzo: dolor soportable. 2) Intensificación: la presión sobre el cuello del útero llega al máximo y con ella también el dolor. 3) Descenso: la contracción desciende en intensidad hasta desaparecer y con ella el dolor.
Durante la dilatación
Estas son algunas sugerencias:
Recuerda que la hormona que mayoritariamente controla el parto es la oxitocina, y su principal inhibidor es la adrenalina, la cual se segrega ante el miedo, la incertidumbre, los nervios, los ataques, los sustos, etc., deteniendo el proceso del parto. Por lo tanto, es muy importante evitar que esta aparezca.
A la hora de dilatar no es recomendable:
• Tener frío y temblar. Con frío no se pare bien, la tensión en los músculos segrega adrenalina y detiene el proceso.
• Estar de mal humor.
• La falta de intimidad. Cuanto menos alboroto, mejor.
• Sentirse observada o estudiada tampoco ayuda: comunícalo a tu matrona, no hace falta gran cantidad de personal para vigilar un parto.
• Sentirse avergonzada: trata de dejar la vergüenza a un lado, el proceso por el que pasas es común para el personal que te asistirá.
• Tener muchas ideas preconcebidas.
• Obsesionarse con el Hospital, tanto como si decides parir en él o no.
• Hablar mucho y estar pendiente de los demás: es tu momento, concéntrate.
• Responder muchas preguntas, ya que activa el neocortex cerebral, disminuyendo la producción de oxitocina.
• Intentar mantener el tipo: déjate llevar y no intentes controlarlo.
• Demasiada luz.
• Estar asustada
• Sentir que dependes de otra persona para todo: tú eres capaz de parir y eres quien lo hará.
• Compadecerse de sí misma o que se compadezcan. Frases como “esto no evoluciona”, “no veas lo que te espera”, no ayudan. Pide con delicadeza que no todos los partos son iguales y que podrás hacerlo.
• Si es tu primer parto, no te vuelvas loca con los centímetros. Los 3 primeros son los más difíciles de alcanzar y puedes estar muchas horas. El cuello debe ablandarse, ya que en el primer parto está algo duro (como el cartílago de la nariz) y eso lleva su tiempo.
• No te reprimas, deja salir todo lo que sientas o quieras expresar, y si sientes vergüenza por gritar o gemir, puedes coger una almohada o encontrar algún otro modo de desfogarte.
• Date una ducha, y recuerda que el baño es un buen sitio para dilatar, sentada en el inodoro.
• Camina y busca posturas que favorezcan la gravedad, la presión de la cabeza sobre el cuello hace que la dilatación sea mas efectiva además le sumaras el peso de los pechos y los órganos internos. Y recuerda la postura que escojas será la más adecuada a tu situación.
El Dolor:
• No te opongas a él, es necesario para que la mujer desconecte del mundo exterior y el parto pueda desarrollarse de manera exitosa.
• Si te duele significa que la cosa avanza. Estás preparada para este trance. Con apoyo y contención, saldrás adelante sin problemas.
• Busca una postura cómoda: la que el cuerpo te pida será la que tu bebé necesite.
• Si no te opones al dolor y a la situación, tu cuerpo empezará a segregar endorfinas que más que mitigarlo te harán más insensible a él.
• No intentes relajarte durante la contracción, sino entre ellas. Déjate llevar por tu instinto, no lo reprimas. Empuja, muerde, grita. Es normal que sientas esos deseos, parir consiste en dejar de tener el control.
• Piensa que cada contracción es única, ya no volverá, y es una menos para ver a tu bebé.
• Recuerda que la estimulación por oxitocina sintética hace que las contracciones sean muy fuertes y puede tener consecuencias directas sobre el bienestar de tu bebé.
• Visualizar ayuda mucho, piensa en algo que te ayude, como pensar en la cara de tu bebé o algo que te sirva para abstraerte.
• Respiración: lo mejor es respirar de la forma más natural posible, no debemos utilizar la respiración para evitar el dolor sino para concentrarnos en él. Esto no se aprende, se produce de forma instintiva, como los pujos.
• Jadear evitará la hiperventilación.
• La hora de la desesperación: son los últimos centímetros, los más dolorosos y difíciles de soportar porque se acerca el aro de fuego (la coronación del bebé). Cuando sientas que pierdes el norte es que el momento final se aproxima y todo lo que sientes es normal, piensa en tu bebé y entrégate para vivir el momento más especial que tiene el proceso.
Miedo a los pujos:
•Suele pasar que cuando se completa la dilatación y el parto es inminente, las mujeres se asustan por el hecho de que la hora de la verdad ya se acerca. Hablar de estos miedos ayuda, ya que inconscientemente se puede bloquear el parto.
Posturas:
•Siempre que quieras y puedas cambiarla, seguro que la que adoptes será la más eficaz y la que te duela menos. Algunas son:
-De lado: con un brazo sujetas una pierna o tu acompañante lo hace por ti, esta es una postura que quizá puedas usar en el hospital.
-De rodillas o cuclillas: también puedes pedirle a tu acompañante que te sujete como en una silla humana.
-Silla de partos: suele ser lo más cómodo para las primíparas.
-Colgando: de un fular, del tronco de tu acompañante, etc.
-Horizontal en cuclillas: te sujetas las piernas por detrás y con la ayuda de tu acompañante, que te sostiene la cabeza. Suele utilizarse cuando el parto es muy rápido y quiere frenarse el expulsivo un poco. Contras: presionas los vasos principales y arterias al estar apoyada sobre la espalda (litotomía, la más utilizada en centros hospitalarios), lo que hace que el expulsivo sea más largo y haya que empujar más (se está en contra de la gravedad).
-Semivertical: cómoda para el inicio, puedes usarla en la cama del hospital. Contras: cuando la cabeza corone tendrás que cambiarla porque el colchón oprime la pelvis y la cabeza del bebé. Normalmente la madre se incorpora hacia adelante y el bebé termina de salir.
-De pie: no tiene mucha más ciencia.
Algunas para el hospital:
-De cuclillas sobre la cama: siempre y cuando te sostengan por ambos lados.
-Cuatro patas sobre la cama: con balanceos suele ayudar mucho a que la cabeza del bebé termine de encajar.
-De pie apoyada en la cama: de esta forma puedes ponerte fácilmente de cuclillas, siempre que lo desees.
jueves, 8 de octubre de 2009
Fisiología de la fecundación, el embarazo, el parto y el nacimiento
Es importante conocer la fisiología de todo este proceso para entender cuáles son las necesidades reales de la especie humana en el momento de dar a luz.
El poder identificar las coincidencias que tenemos con el resto de los mamíferos, ayuda a comprender un proceso que a través de la cultura y la tecnología se ha hecho cada vez más complicado.
1. ¿Qué significa Fisiología?
La fisiología es la rama de las ciencias biológicas que estudia las funciones normales del cuerpo.
Cuando hablamos de lo “fisiológico” estamos hablando de lo que nuestro organismo es capaz de hacer, sin participación de nuestra voluntad, para mantenerse en un equilibrio saludable.
Los procesos fisiológicos ocurren en forma permanente en nuestro organismo sin que tengamos demasiada conciencia de ello. Ejemplos de las funciones fisiológicas son la digestión, la respiración, la circulación sanguínea, etc. Todas ellas dependen la una de la otra y ocurren en forma simultánea.
La fisiología sexual y reproductiva adquiere características particulares en la especie humana, ya que a diferencia de las demás funciones del organismo se encuentra profundamente ligada a las pautas culturales.
La fisiología sexual tanto del hombre como de la mujer tiene por fin establecer vínculos a través de la gratificación.
La fecundación, el embarazo y el parto son también funciones fisiológicas, con la particularidad de que no ocurren permanentemente sino un número limitado de veces en la vida de una mujer.
Su fin es la de perpetuar la especie humana.
La diferenciación entre sexual y reproductivo sirve a los efectos de estudio o abordaje del ser humano con respecto a su facultad de discernir y de elegir libremente en qué momento tener hijos o formar pareja o identificarse con un género.
Desde el punto de vista biológico esta diferenciación entre sexual y reproductivo no existe.
La fisiología sexual y reproductiva es una unidad en la que se comparten los mismos mecanismos estimulantes o inhibitorios.
Durante las relaciones sexuales, el parto, postparto inmediato y lactancia se pone en juego una serie de mecanismos que dependen de un delicado equilibrio hormonal entre la oxitocina, las endorfinas, la adrenalina y la prolactina.
Cuando una mujer se encuentra en trabajo de parto o cuando se excita sexualmente, pone en funcionamiento las estructuras cerebrales más antiguas que conforman el llamado “cerebro primitivo”.
El cerebro primitivo es el que compartimos con el resto de los mamíferos. Es indisociable del sistema endocrino e inmunitario con el que forma complejas redes, soporte de los sistemas de adaptación.
El parto y el sexo están dirigidos por el cerebro primitivo, por lo tanto, no pueden ser controlados sin ser inhibidos.
En un cierto momento del parto las mujeres dan la impresión de desconectarse del mundo, de olvidar lo que aprendieron o leyeron (se sumergen en el planeta parto). Experimentan un cambio en el estado de conciencia como consecuencia de la disminución de la actividad de su corteza cerebral.
Cuando existen inhibiciones en el parto, como en cualquier otra experiencia sexual, éstas se originan en la porción del cerebro que está tan desarrollada en los humanos: “el neocortex” o corteza cerebral.
La reducción de la actividad del neocortex es necesaria para que el parto transcurra fácilmente. Cualquier intento de atraer la atención de la mujer o de estimular su intelecto puede interferir en el progreso del parto.
Los factores que son capaces de inhibir una relación sexual son también los que inhiben al parto.
Hay factores que inhiben el parto por estímulo de la corteza cerebral, como lo son el lenguaje racional, la luz intensa, las interrupciones constantes o la excesiva intervención.
Otros factores inhiben el sexo o el parto por aumentar los niveles de adrenalina como lo hace el frío o el miedo.
Otros factores ponen en juego ambos mecanismos, como la excesiva intervención o interrupciones constantes, la falta de intimidad y el sentirse observada.
2. Papel de las hormonas que intervienen en el acto sexual, parto y lactancia:
A. Oxitocina: Producida por los núcleos supraópticos y para ventricular de la neurohipófisis.
Se la denomina “hormona del amor”. Es una hormona que promueve conductas altruistas, del “olvido de uno mismo”. Y que se segrega durante las relaciones sexuales, parto y lactancia.
• Oxitocina y relaciones sexuales
En el varón, se observa un aumento plasmático en el momento del orgasmo masculino.
En la mujer, la estimulación genital produce aumento de la oxitocina con picos máximos durante los orgasmos.
Esto produce la contractilidad del músculo liso del tracto genital, que facilita el ascenso espermático en busca del óvulo para su fecundación.
• Oxitocina y trabajo de parto
Estimulados por los estrógenos, los receptores de oxitocina del miometrio y tejido decidual alcanzan su máxima concentración en el embarazo de término.
Los niveles plasmáticos de oxitocina no se elevan hasta la fase expulsiva del trabajo de parto (reflejo de Ferguson).
• Oxitocina y conducta maternal
La oxitocina posee efectos sobre el comportamiento en mamíferos, cuando llega al cerebro.
La administración intracerebroventricular de oxitocina a ratas vírgenes ovariectomizadas y cebadas con estrógenos, provoca el rápido comienzo de la conducta maternal completa. De aproximadamente 5 horas de duración (recuperación y agrupamiento de las crías, lameduras, empollamiento y construcción del nido).
• Oxitocina y lactancia
Se libera frente al estimulo de las terminaciones nerviosas de los pezones.
La liberación de oxitocina produce la contracción de los músculos lisos de los conductos mamarios eyectando la leche.
B. Prolactina: Es sintetizada en el lóbulo anterior de la hipófisis, placenta y áreas cerebrales.
También frente al stress, durante el sueño y por acción de la oxitocina.
Se encuentra presente en el líquido amniótico, leche materna y líquido folicular ovárico.
Sus niveles aumentan 20 veces durante el embarazo y la lactancia y decaen a las tres semanas post parto (si no hay lactancia). De lo contrario entre los tres meses a un año.
La prolactina tiene acción sobre el desarrollo de los alvéolos mamarios. Aumenta el volumen de leche y actúa sobre su composición, favoreciendo la producción de ácidos grasos, glucosa y proteínas de la leche (caseína y lactoalbúmina).
También tiene efectos favorecedores de la conducta maternal y, por otro lado, contribuye a la disminución de la libido, al instinto de anidación, al aumento de la ansiedad traducido en la actitud vigilante y falta de sueño profundo que caracteriza a las puérperas.
C. Noradrenalina: Sustancia vinculada con las conductas reactivas al stress (huída-agresión).
Durante el parto, llega a su pico máximo apenas comienza el reflejo de expulsión fetal.
Tiene un importante rol en la relación mamá-bebé en el período inmediato al nacimiento.
En la madre predispone una actitud alerta en el momento del parto. Indispensable para la defensa de su cría.
Los efectos en el recién nacido propician una adaptación fetal a la falta fisiológica de oxígeno durante el período expulsivo del trabajo de parto.
El recién nacido se encuentra alerta en el momento del nacimiento. Sus ojos están abiertos, pupilas dilatadas.
Esto favorece el contacto visual, una característica importante en la relación inicial madre-hijo entre humanos.
D. Endorfinas: Son liberadas frente al dolor, frente a elevadas concentraciones de oxitocina en cerebro y durante el acto sexual.
Las endorfinas estimulan la secreción de prolactina, por lo que el parto y la lactancia no pueden disociarse.
Las endorfinas propician las conductas de apego y dependencia observadas en el vínculo mamá-bebé y con la pareja sexual.
Todas las hormonas liberadas por la madre y el recién nacido, tienen un papel específico en la relación entre ambos.
El reconocimiento de que los complejos mecanismos que regulan la fisiología del parto lo hacen sumamente sensible a las interferencias (característica común con todos los mamíferos), es el primer gran paso hacia una atención adecuada. El cuidar de un entorno favorecedor de las necesidades de la hembra humana y su cría, debería constituir una prioridad para todos los que asisten nacimientos. La actitud de manejar y controlar el parto debería ser cambiada por otra cuya prioridad sea simplemente facilitarlo. Paradójicamente humanizar el parto también significa contemplar las necesidades, que como especie humana, compartimos con otros mamíferos.
3. Fecundación:
Se produce entre los tres días antes hasta los dos días posteriores a la ovulación.
Es la unión del óvulo (célula sexual femenina) con el espermatozoide (célula sexual masculina). Se produce en el tercio externo de la trompa de Falopio.
Una vez fecundado, el óvulo posee la mitad de la información que aporta la madre y la mitad de la información que aporta el padre. Como resultado se obtiene una nueva célula denominada cigotao que comienza a dividirse y multiplicarse. A medida que esto sucede comienza el viaje desde la trompa hasta la cubierta interna del útero (endometrio).
A los cinco días aproximadamente se produce la implantación del embrión. Esto desencadena una serie de cambios hormonales e inmunológicos tendientes a la conservación del embarazo.
El ciclo ovulatorio se detiene y por lo tanto no se produce la menstruación.
A esta altura es común que aparezcan los primeros síntomas de embarazo tales como agrandamiento de las mamas, pezones más sensibles, náuseas y sueño.
Los médicos calculan la fecha probable de parto contando 40 semanas a partir de la última menstruación, aunque la fecundación se produce luego de la ovulación y esta ocurre en la mitad de un ciclo de 28 días.
El período fértil de una mujer con ciclos de 28 días es desde los primeros tres días antes de la ovulación hasta dos días después. El tener relaciones dentro de ese período aumenta las oportunidades de embarazo.
4. Desarrollo fisiológico de un bebé desde su concepción:
Primeras 6 semanas desde la concepción:
Durante la segunda semana de vida aparece una marca oscura en el dorso del embrión que indica la posición de la médula espinal.
A la tercera semana el corazón comienza a latir.
Entre la 6 y 10 semana:
Aparecen los rasgos faciales y los esbozos de pies y manos. Todos los órganos están formados.
Empiezan a formarse los músculos y a las 7 semanas se pueden detectar por ecografía los primeros movimientos.
Entre las 10 y 14 semana:
El sistema nervioso del bebé ya esta desarrollado.
Todos los órganos se encuentran formados y en su sitio. Ahora comienza a crecer y madurar.
El bebé puede tragar el líquido amniótico y lo excreta como orina.
También ejercita su diafragma haciendo movimientos respiratorios que llenan de líquido sus pulmones y los expanden. Puede tener hipo.
Sus huesos son flexibles y cartilaginosos. Se mueve a sacudidas, flexiona brazos y piernas.
Entre semanas 14 a 18:
La piel del bebé es fina y transparente, los huesos comienzan a endurecerse.
Comienza a oír sonidos: la voz de la madre, su corazón y ruidos digestivos.
Al final de este mes su longitud desde la coronilla hasta la cola es de 13.5 cm. y pesa 180 gramos.
Entre semanas 18 a 22:
Se desarrolla el sentido del gusto.
El bebé es sensible al tacto y se moverá en respuesta a cualquier presión ejercida sobre el abdomen.
Sus dientes ya están formados y ocultos en las encías.
Comienzan a desarrollarse los depósitos de grasa especializados en la conservación del calor.
Entre semanas 22 y 26:
Su piel esta cubierta por un fino vello denominado lanugo que irá perdiendo al final de la gestación
Un bebé nacido después de las 24 semanas podría sobrevivir con cuidados intensivos.
Ya es capaz de recordar y aprender: Podrá aprender a reconocer la voz de su padre a partir así como también melodías que escuche a menudo. En el futuro podrá responder emocionalmente a ellas.
Ya desarrolla pautas de sueño y vigilia.
Sus órganos genitales ya están completamente diferenciados aunque los testículos todavía están alojados en la cavidad abdominal.
Semanas 26 a 30:
Se producen grandes cambios en el sistema nervioso: El cerebro se hace más grande, los impulsos nerviosos viajan más deprisa y el bebé ya puede realizar aprendizajes y movimientos cada vez más complejos.
Se acumula grasa debajo de la piel, comienza a controlar la temperatura corporal.
Los testículos descienden hacia el escroto.
Semanas 30 a 34:
Todos sus órganos están plenamente maduros excepto sus pulmones.
Sus ojos son sensibles a la luz, puede enfocar y parpadear.
Semanas 34 a 38:
Al cumplir la semana 38 el bebé está listo para nacer. Este momento corresponde con la semana 40 que calcula el obstetra desde la última menstruación. Su piel está recubierta de una sustancia grasosa (vernix caseoso) que le ayudará a pasar por el canal de parto.
El intestino está lleno de meconio que es una sustancia verde oscura que esta conformada por lanugo y secreciones propias del intestino.
Será la primera deposición que haga (por lo general es dentro de las 24 horas de nacido) aunque también puede que lo haga al final de la semana 38, tiñendo al líquido de un color verde, dándole aspecto de mate cocido.
5. ¿Cómo transcurre un trabajo de parto fisiológico?
Habitualmente lo que se ve en las películas es una mujer embarazada que de pronto rompe bolsa en un lugar insólito y comienza con contracciones dolorosas y al grito de: ¡Ya viene! Todos salen corriendo dando lugar a una serie de acontecimientos caóticos.
El espectador es distraído de la escena del parto y por lo general es mucho más entretenido lo que le sucede a la gente que rodea a la embarazada.
Este cliché cinematográfico colabora o satiriza la creencia extendida en nuestra cultura de que para que las cosas salgan bien hay que apurarse. El parto normal y fisiológico comienza naturalmente de forma suave y progresiva.
La mujer ya ha percibido que su útero se contrae o que se “pone dura la panza” desde el 6º mes de embarazo. Estas contracciones habitualmente no son dolorosas o son acompañadas de una ligera molestia o sensación de tirantez en la parte baja del abdomen. Las primeras contracciones del trabajo de parto en general no pueden diferenciarse del resto de las contracciones percibidas durante el embarazo por lo que no llamarán demasiado la atención a no ser que comiencen a repetirse a intervalos inferiores a la media hora o que la frecuencia sea cada vez mayor. Cuando esto sucede lo único que se requiere es prestar atención, que no es lo mismo que alarmarse como lo hacen los protagonistas de las películas. Algunas veces puede romperse la bolsa espontáneamente y la embarazada siente que comienza a perder líquido o siente como si se hiciera pis. Muchas veces a pesar de que se rompió la bolsa, el parto no comienza porque no se presentan las contracciones. En la gran mayoría de estos casos el parto se desencadena espontáneamente antes de las 48 horas.
Hay que evitar infecciones por gérmenes que puedan ascender desde la vagina hacia el bebé en ese período. Es conveniente evaluar con el médico la necesidad de antibióticos, mantener reposo y no realizar tactos vaginales.
La duración del trabajo de parto es variable en cada mujer. Los libros clásicos de obstetricia hablan de 8 a 12 horas en las primerizas y de 4 a 8 horas en las que ya han tenido hijos.
Aún no están claras cuáles son las bases fisiológicas que desencadenan el parto, sin embargo varias investigaciones coinciden en que tanto el niño por nacer como la madre participarían en su desencadenamiento. Vale decir que hay un “acuerdo”, producto de una comunicación hormonal, bioquímica y mecánica.
Sin embargo hay, otra comunicación que no se puede negar, quizás mucho más sutil y compleja que es la emocional y tiene que ver con los tiempos de cada uno.
Hay un periodo previo al inicio de trabajo de parto franco que los especialistas denominamos preparto.
El preparto es un momento que precede al parto a veces en horas y otras veces en días, en que aparecen contracciones más o menos rítmicas con intensidad y dolor variables. Puede aparecer un dolor que recuerda a los dolores menstruales que va y viene junto con las contracciones y este dolor puede irradiarse hacia la zona del sacro, hacia la vagina o hacia los muslos. Esta modalidad suele ser la más típica pero cada mujer podrá referir sensaciones diferentes.
Por lo general, tiene una duración de 2 a 4 horas, para luego ir desapareciendo espontáneamente o mediante métodos naturales (inmersión en agua caliente) o medicamentosos (analgésicos, antiespasmódicos o útero inhibidores). Este cuadro puede repetirse varias veces en el transcurso de los días previos al parto.
Esta situación suele generar ansiedad ya que a pesar de las contracciones no se produce dilatación del cuello uterino o la misma es muy lenta.
Podría tomarse ese tiempo de incertidumbre, para ir registrando las sensaciones corporales, ver de qué manera se pueden aliviar las molestias y comenzar un contacto con el equipo obstétrico que es el encargado de contener y habilitar los recursos que cada mujer tiene para atravesar este momento que a veces suele ser angustiante.
Muchas mujeres demandan una resolución rápida de la situación o en otros casos el equipo obstétrico no es capaz de contener en forma paciente la carga emocional que acompaña este cuadro. Esto trae aparejado el aumento de la intervención obstétrica y con ello el aumento de la posibilidad de cesárea.
El resultado de esto es que la mujer queda con la creencia de que requirió una cesárea porque no dilataba y esto influye negativamente en su siguiente parto.
Tomarse el tiempo para reconocer los fantasmas que puede disparar el sentir la cercanía al parto y la comunicación fluida con la matrona u obstetra ayuda a que el preparto transcurra con menos nerviosismo.
Es importante aceptar al preparto como una posibilidad de adaptación y no como algo que no termina de ser o que no debería ser.
El reconocimiento de este período por parte de los profesionales y por parte de la mujer que va a dar a luz ayuda a no entrar en estados de ansiedad y angustia innecesarios antes de que comience verdaderamente el parto.
Cuando finalmente comienza el parto, que habitualmente es precedido por el preparto en su menor o mayor duración, se tiene la sensación de progresión. La mujer “siente distinto”, algo cambió con respecto a la intensidad, la frecuencia, la duración o las sensaciones que aparecen durante las contracciones.
El síntoma más típico es la regularidad de la frecuencia de las contracciones y la reducción de esta frecuencia con el correr de las horas. Puede haber contracciones regulares cada 15 minutos que al cabo de una hora se hacen cada 10, luego cada 7, cada 5. Esto no debe ser tomado literalmente porque el ritmo de las contracciones es propio de cada mujer.
La intensidad de las contracciones también es mayor y el dolor también.
Fuera del momento de las contracciones, la mujer puede moverse y volver a hablar sin problemas, como si nada ocurriera. Podríamos decir que “vuelve en sí misma” y conserva su humor habitual, a diferencia de lo que sucede en otros estados de dolor físico no fisiológico (que acompaña a las enfermedades o a los traumatismos).
La duración de cada contracción puede estar entre los 15 o 45 segundos.
Hay síntomas que pueden acompañar al trabajo de parto como: las oleadas de calor durante las contracciones, inapetencia, deseos de orinar o defecar, vómitos o náuseas. Es frecuente la sed y el deseo de bebidas frías.
Es recomendable beber agua a pequeños sorbos para no vomitar.
El correlato a nivel físico son las modificaciones del cuello uterino que se va dilatando progresivamente. Esto raramente puede ser verificado por la mujer ya que requiere de una exploración vaginal. Es la matrona o el obstetra quienes realizan, en la mayoría de los casos, este control.
La actitud corporal que adopta la mujer también es indicativo de que el trabajo ha comenzado: inquietud hasta encontrar una posición que alivia, imposibilidad de continuar el discurso si estaba manteniendo una conversación, actitud distante de su entorno y retraimiento.
Habitualmente, las mujeres prefieren permanecer en un lugar poco iluminado de la casa y alejado del ruido. Es común observar un movimiento de balanceo entre las contracciones si la mujer está sentada o parada.
A nivel emocional puede haber irritabilidad (que habitualmente es descargada con su pareja), intolerancia a los ruidos y a la luz. Puede haber necesidad de estar sola o de que no le hablen ni la toquen o contrariamente necesidad de compañía permanente y sostén corporal durante las contracciones.
¿Cuáles son los síntomas de que se está por producir el parto?
Cuando el parto está por producirse, la mujer puede sentir una gran presión sobre el recto y sus músculos abdominales se contraen involuntariamente. Esto llama reflejo de pujo, lamentablemente no se da en todas las mujeres y son ellas de manera consciente las que pujan al sentir la presión de la cabecita del bebé en la parte baja de la vagina en cada contracción. Debido a que en ese momento hay una gran descarga de adrenalina, la mujer siente un plus de energía repentino. Esta sensación puede venir acompañada de temor y de una gran necesidad de gritar o aferrarse de algo o alguien. O ponerse de pie.
Es importante brindarle confianza serenamente y no obligarla a tomar una posición que no le resulte cómoda para el pujo.
En la inmensa mayoría de los casos las mujeres eligen estar con el tronco erguido y los pies bien apoyados en el suelo o sobre la camilla. El parto vertical es el más fisiológico.
Si los latidos del bebé se encuentran bien no hay ningún apuro que justifique una episiotomía, la cabeza del bebé irá asomando un poco más en cada pujo distendiendo la vagina en forma gradual.
Apenas nace el bebé, se lo coloca sobre el pecho de la madre. Luego de unos minutos, cuando se instaló definitivamente la respiración pulmonar y el cordón cesó de latir, éste se corta. Cuando se respeta el tiempo para que se instale la respiración pulmonar, generalmente los bebés no lloran “vigorosamente”, pues ese pequeño pero importante período de tiempo en que el cordón cesa de latir, sumado al contacto estrecho con su madre, hacen que la primera respiración se produzca en el tiempo en que ya puso en funcionamiento los mecanismos para la respiración fuera del útero, haciendo que el proceso sea menos violento que cortando el cordón inmediatamente.
El corte oportuno o tardío del cordón provee al niño de los depósitos de hierro necesarios para los primeros 6 meses de vida mientras el bebé se alimenta exclusivamente a pecho.
Habitualmente dentro de la media hora de ocurrido el nacimiento la mujer vuelve a sentir contracciones, y la placenta, que era la encargada de nutrir al bebé y que ha dejado de funcionar, finalmente sale al exterior, eso se llama “alumbramiento”. Si es necesario porque ha habido un desgarro o fue requerida una episiotomía, se dan algunos puntos en el periné.
El bebé se tomará su tiempo para prenderse al pezón.
Por lo general, se produce dentro de las primeras dos horas si no fue separado de su madre.
El parto se da por terminado cuando ya ha nacido el bebé y se ha expulsado la placenta (alumbramiento) y se ha esperado por lo menos dos horas (período de post alumbramiento) requeridos para la vigilancia, prevención o resolución de eventuales complicaciones hemorrágicas post parto.
Esto es en lo formalmente asistencial pero en realidad los efectos del parto a nivel fisiológico, tanto en la madre como en el recién nacido, continúan durante las primeras horas del nacimiento.
Ambos están bajo los efectos de la adrenalina, oxitocina, prolactina y endorfinas. Todas estas sustancias favorecerán el “enamoramiento” entre la madre y su bebé, si se les permite permanecer juntos.
www.dandoaluz.com
sábado, 18 de abril de 2009
El anuncio de Flex
El nuevo anuncio de Flex muestra unas preciosas y reales imágenes de un parto en casa.
Enhorabuena por la iniciativa de normalizar lo natural y visibilizar la opción de elegir.
www.flex.es
lunes, 23 de febrero de 2009
Por qué parí a mi hijo en casa
Entonces, ¿por qué exponerse a este desprestigio personal y además pagar más de 1.300 euros cuando lo más fácil es la inercia, no cuestionarse nada y seguir los protocolos oficiales?
1. Parí en casa porque soy una mujer sana con un embarazo sin riegos. Cuando existe alguna patología o dificultades (como gemelos) el parto debe desarrollarse en un medio hospitalario. No sirve sólo querer, sino fundamentalmente poder.
2. Parí en casa porque donde vivimos no existía ningún centro de parto natural como la clínica Acuario. Aunque después de la experiencia, no lo hubiésemos necesitado.
3. Parí en casa porque nos informamos y formamos mucho (en un curso de 6 meses en Titania-Tascó y con amplia bibliografía) y gracias a ello descubrimos qué es un parto fisiológico, cuáles son los riesgos del lote de medicalización XL cuando no es necesario (la mayoría de los casos) y cuáles son las recomendaciones de la OMS para un parto normal. Es decir, unimos naturaleza mamífera y evidencias científicas, y optamos por un parto respetado como en otros países europeos con mejores cifras incluso de seguridad materna-infantil que España.
Nunca pusimos en riesgo la vida de nuestro hijo y nunca volvimos a la Edad Media. Las dos comadronas (Pepi y Tere) estaban perfectamente preparadas para contratiempos y a menos de 20’ de un hospital.
4. Parí en casa porque nunca he estado en un hospital, no me gustan, y el embarazo y el parto es parte de la salud de la mujer y no una enfermedad.
5. Parí en casa porque quería ofrecer a mi hijo el mejor recibimiento en su entrada en la vida, y para nosotros esto es en nuestro propio hogar, rodeado de personas de confianza y amorosas, sin separación madre-hijo ni manos frías de por medio, y con las condiciones adecuadas para el desarrollo de un parto natural: intimidad, penumbra, silencio, respeto, aislamiento, calidez, seguridad emocional, libertad total, …
6. Parí en casa porque quise vivir este momento de mi vida tan intenso y especial con conciencia absoluta, sin drogas exógenas, pero dando la oportunidad a la naturaleza para que siga su curso con sus opiáceos internos y eficaces.
7. Parí en casa porque es mi parto y yo marco las reglas. Bueno, realmente las marcó el bebé.
8. Y por último, parí en casa porque creemos en la influencia que tiene el nacimiento y primer contacto con el mundo en la vida de la persona, y como estaba en nuestras manos, dimos la bienvenida a nuestro hijo con toda nuestra luz y amor en nuestro “portal de Belén” particular.
Samael nació en la semana 41 y medio tras 8 horas de contracciones dolorosas (pero suavizadas por el agua caliente de la piscina, el masaje continuo de su padre en la parte baja de la espalda y el aliento de las comadronas) y 2 horas de expulsivo.
En palabras de mis comadronas, fue un parto suave y fluido. Realmente no percibí el tiempo, me limité a dejarme llevar y estuve como ausente.
No tengo mitificado mi parto, fue un momento importante, ni sublime ni mágico, pero sí me sentí sumamente poderosa. Y después de parir en casa, me siento con fuerzas para superar cualquier reto en la vida.
¿Me arrepiento de algo? Sí. Me arrepiento de 2 cosas:
- Haber parido en esa piscina tan incómoda habiendo modelos mucho mejores como La Bassine o Waterbirth vassel, que desconocía en ese momento.
- No haber contratado a una DOULA para el posparto, porque navegar en las profundidades abismales del puerperio fue extremadamente duro e inesperado.
En cualquier caso, el parto pasa pero ¡el verdadero mérito reside en criar a tu hijo día a día y estar a la altura de lo que ellos necesitan y merecen!
viernes, 20 de febrero de 2009
Parto domiciliario
Nacer en casa
PATRICIA Camacho dio a luz en una silla de partos, en una cueva y ayudada por su marido y una matrona. Fue hace unas semanas. El parto no le pilló por sorpresa; ella lo había elegido así. Primeriza, a los 43 años, esta fisioterapeuta no necesitó ni anestesia epidural, ni oxitocina (sustancia que acelera la dilatación), ni episiotomía (corte quirúrgico en el periné). Tuvo un parto lento, de más de un día, y Carmen, la comadrona que la asistió, se quedó a dormir con ellos en su cueva todo el tiempo necesario. Sin prisas.
Desde que Patricia se quedó embarazada, dejó su trabajo en Granada y se retiró a una cueva familiar situada en El Margen, un anejo de Cúllar, a unos 30 kilómetros de Baza. Contactó con Carmen, una matrona de Lorca (Murcia), quien le ha hecho el seguimiento del embarazo y le ha acompañado en el alumbramiento. Todo por 1.000 euros.
Su etapa de gestación -en la que también ha estado controlada por el SAS- no tuvo ningún tipo de complicaciones; por eso Patricia pudo recibir a su hijo Alejandro en un lugar tan sosegado como El Margen, donde no nacía ningún bebé desde hacía décadas. En esa pedanía de Cúllar, rodeada de campo, se ha dedicado durante casi nueve meses a hacer yoga y ejercicios para la apertura de pelvis, a pasear, a alimentarse muy bien, a estar tranquila...
«Tenía claro que si el niño venía bien no quería acudir a un hospital, porque me parece un medio hostil. Yo he pasado la dilatación caminando tranquilamente por mi casa; no he estado atada con correas. El padre cortó el cordón umbilical cuando dejó de latir completamente. Nada de premuras», explica esta profesora de yoga, que reconoce que durante el parto su coche estaba en la puerta de la cueva, por si era necesario acudir al hospital ante cualquier contratiempo.
«Mi caso en cualquier hospital habría acabado en cesárea, porque tardé mucho en dilatar, pero yo tuve mi tiempo porque no había roto aguas y las pulsaciones del niño estaban bien», cuenta muy serena. Y añade que estuvo de pie todo el rato, ya que al tumbarse le dolía más. «Fue una experiencia dura, pero muy bonita», concluye.
Habitual en Europa
Como Patricia, cada vez más mujeres españolas quieren parir en sus propias casas. Desean huir de la asistencia hospitalaria tan protocolaria que se brinda en España, y eligen acoger a sus bebés de una manera más íntima y familiar. En países como Alemania, Noruega o Finlandia, esta práctica es habitual desde hace años. A las inglesas y a las holandesas, la seguridad social incluso les da la opción de escoger dónde desean dar a luz. En España, por el momento, cualquier asistencia profesional fuera de un centro sanitario público tiene un precio que oscila entre los 1.000 y los 1.800 euros, dependiendo de la zona geográfica.
Blanca Herrera, comadrona de un hospital público, es una de las cinco profesionales que crearon Ocean Comadronas hace casi dos años en Granada. La suya es una asociación privada que asiste el parto en casa, tras varias visitas durante el embarazo y con un seguimiento de cinco citas en el postparto. La filosofía de estas cinco profesionales es que son invitadas de sus pacientes; por eso intervienen lo mínimo posible y es la parturienta quien decide qué familiares le acompañan en ese momento, dónde parir, qué posturas adoptar, si quiere chillar o no, desesperarse o estar tan tranquila...
«Durante el embarazo vamos preparando emocionalmente a las embarazadas para que sepan que el parto no es un proceso fácil, sino una situación intensa, molesta y dolorosa en algunos casos. Les damos libros para que sepan qué es un alumbramiento en casa, les ponemos vídeos... Ellas ya saben a lo que se enfrentan. Normalmente, las mujeres a las que ayudamos están bastantes tranquilas porque están en su ambiente», aclara esta matrona.
Requisitos
En el hogar, los analgésicos usados son mucho más naturales: agua caliente, masajes con aceites, estimulación transcutánea eléctrica, que alivia el dolor... Nada de epidural. La dilatación también corre por cuenta de la naturaleza, al ritmo de cada mujer, y está descartado inyectar oxitocina para acelerarla.
En los hospitales españoles, según estas comadronas y sus pacientes, la asistencia es muy intervencionista; no hay libre elección de la madre ni siquiera en los partos normales y sin complicaciones. Para Blanca Herrera, lo ideal es que en los hospitales se ofrezcan partos con menos intervención y que sea la mujer quien decida cómo quiere vivir ese momento. También reclama que la gestante tenga la oportunidad de parir en casa convenientemente asistida por personal de la sanidad pública.
El intervencionismo del que se quejan los defensores de un parto lo más natural posible incluye la práctica de la episiotomía, realizada en los hospitales españoles en el 80% de los casos, mientras que la OMS no ve necesaria esta práctica en más del 20% de los alumbramientos, y en Reino Unido ya hay hospitales que no superan el 10%.
No intervencionismo no significa inseguridad. En el parto en casa se controlan continuamente los latidos del bebé con una monitorización intermitente. «Si detectamos que el bebé necesita salir más rápido para mantener su bienestar, practicamos una episiotomía», aclara Blanca Herrera, quien explica que si la mujer rompe aguas y éstas vienen teñidas en exceso -lo ideal es que salga líquido claro- se produce una alerta y se traslada a la mamá al hospital. «No se trata de correr riesgos innecesarios: el coche siempre está en la puerta. No aceptamos domicilios que estén a más de media hora de un hospital. Se trata de usar la medicina sólo si es necesaria», apostilla esta matrona.
Por experiencia
Isabel Carreras es matrona y precisamente por eso decidió dar a luz en casa a su primer hijo. «Yo deseaba una intimidad que sabía que no iba a tener en un hospital público. No quería un parto medicalizado, ni apresurado, ni tan controlado como estoy acostumbrada a ver. En un centro no se tiene en cuenta que cada mujer necesita su tiempo y mucho respeto. Yo no quería ser explorada por un ginecólogo y todos los residentes, que suelen entrar y salir a su gusto», se justifica.
Blanca Herrera le acompañó en el nacimiento de su hijo y fue fundamental cuando Isabel pensó, en ocasiones, «que no podía más». Al final, todo fue bien. «Rompí la bolsa a las tres de la madrugada. La noche transcurrió tranquila, en casa, sin contracciones, pero yo estaba atenta porque el bebé se movía. Al día siguiente, Blanca vino, me exploró y nada de nada. Por la tarde me fui a dar un paseo, a ver si me ponía en marcha. Me había dado un plazo de 24 horas. Si no me hubiera puesto de parto, me habría ido al hospital, ya que con la bolsa rota... Pero me puse de parto y a eso de las 11.00 de la noche llamé a Blanca. Sucedió lo normal: a las mujeres, si nos dan tiempo, nos ponemos de parto», narra Isabel, quien en casa, cuando empezó a notar más dolor, decidió tomar un baño mientras gritaba, se liberaba, se movía...
«El malestar en el agua fue menos intenso. Transcurrió una hora y yo misma estaba tocando la cabeza del bebé, pero decidí salirme del agua porque quería empujar y no podía en la bañera. Al rato mi hija estaba en el mundo», concluye esta orgullosa madre.
El primero, traumático
En el nacimiento de Luz, que ahora tiene cerca de un año, le acompañaron dos matronas en casa y fue un parto «muy sencillo». «Nació pronto, relajada. Incluso al principio vinieron dos amigos a casa, pero luego decidí estar sola con mi marido», cuenta. Blanca y Jesús, el matrón y la matrona que le asistieron, no le practicaron la episiotomía: «Tan sólo tuve un pequeño desgarro donde me habían hecho el corte anterior, pero nada que ver con la cicatriz del hospital, que durante un año no me había permitido estar más de dos horas de pie».
«No me daba miedo afrontar el parto en casa, porque después de lo del hospital, ya no podía pensar en algo peor. Si a mi primera hija no le paso nada fue porque no le tuvo que pasar. Ella nació muy mal, violeta, sin oxígeno. No respiraba, me pusieron epidural y oxitocina y la niña sufrió mucho», evoca con dolor Virginia, quien no se preparó de manera especial para afrontar el nacimiento de su segunda hija en el cortijo donde ahora viven juntas.
Protagonistas del parto
martes, 27 de enero de 2009
El parto en casa, hoy por hoy, es una opción segura
Un artículo en que se entrevista a Francisca Fernández, fundadora de EPEN:
http://www.periodistalatino.com/periodismo/object.php?o=546311
lunes, 26 de enero de 2009
Parto gemelar en casa
miércoles, 26 de noviembre de 2008
Tenir un fill de manera natural
martes, 4 de noviembre de 2008
Documentos TV: De parto
viernes, 31 de octubre de 2008
Pariré en casa porque creo que es lo mejor para mi niña y para mí
Intervenciones innecesarias
Un reportaje de Línea 900. En él se aborda la deshumanización del parto en los hospitales, las intervenciones innecesarias y la situación actual en general al respecto.
http://www.youtube.com/watch?v=GPv6dgJI6eo (Primera parte)
http://www.youtube.com/watch?v=10GuxNj7lzM&feature=related (Segunda parte)